Prácticas

De mis ocupaciones, han quedado en mí algunas prácticas recurrentes que son hobbies y a la vez espacios de entrenamiento. Los cuales recomiendo como prácticas, ya sean estos u otros.

El Kung Fu y Tai Chi, que practiqué y ejercí como profesor durante años, es una actividad que hoy realizo en la medida de mi tiempo, y de la que tengo un sinfin de conocimientos por practicar, dado el maestro que tuve, el señor Sim Pooh Ho, heredero de una línea directa del estilo de la Familia Yang. Fue una etapa de varios años en que mi tema único fueron técnicas, energía, meridianos, armas chinas, demostraciones, terapia, etc. Estaré eternamente agradecido por ese espacio de aprendizaje que a la distancia cada vez cobra más valor. En las fotos abajo, un reportaje del Diario El Mercurio a las puertas de la academia, y la segunda en un día de práctica, 1989.

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Por otra parte, mi vicio, que es el cerro San Cristobal, y la posibilidad de correr en él cada fin de semana cuando la contaminación atmosférica de Santiago así lo permite.

La música me permitió sobrevivir por más de un año en Buenos Aires, haciendo de sus pubs, mi lugar habitual, donde con guitarra y canto dehambulé a principios de los 90. De esa época rescato la vida nocturna, los códigos porteños, y la habilidad del patiperro, que aunque disminuida aún no me abandona, y busca un escenario al que volver. En la foto, como telonero del concierto del cantor cubano Vicente Feliu, Buenos Aires 1991; y la otra, caminando por calle Corrientes.

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Hay otras que ya no tengo ni tiempo ni habilidad para continuar, como la orfebrería, que me permitió recorrer el interior de Argentina y el sur de Chile, de feria en feria, de ciudad en ciudad.

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En otra oportunidad con ayuda de algunos amigos construimos una marioneta de 3 metros de altura, con la cual encabecé más de alguna celebración. En la foto, encabezando los carros alegóricos de la semana de Puerto Montt.

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